Luchitas

El miércoles pasado operaron a mi sobrinito Luigi de su ojito, el chamaco tiene 2 años y el próximo mes cumple los tres. Es una bala el escuincle, me trae loco queriendo jugar conmigo todo el tiempo; es un fanático empedernido de la lucha libre, asi que la mayoría de sus juegos giran en torno a ésta. Su caricatura favorita: Mucha Lucha por supuesto, asi que al salir del hospital mi mamá le compró una figurilla de la Buena Niña, no sé por que razón despreció a Rikochet y a la Pulga.
Se comportó muy bien en el hospital, según me cuentan, no lloró cuando se lo llevaban a cirugía pero cuando salió, fué una verdadera lucha para que no se quitara el parche del ojo. Otra verdadera lucha es cuando se le tienen que poner las gotas del antibiótico y el antinflamatorio que le mandaron, apenas entre dos podemos manejarlo, ya que se retuerce llora y patalea, haciendo muy difícil la aplicación de cuatro gotitas. Se le tiene que envolver con una frazada mientras se le sujeta la cabeza y se le dicen cosas para tranquilizarlo.
El cariño que nos hemos tomado el y yo es muy bonito, a lo mejor es porque le hace falta la figura paterna. Anoche estaba soñando conmigo, me estaba llamando, eso fué algo que me hizo dar cuenta de lo importante que es que yo esté ahi para él, y ahi estaré.
También me movió el tapete, porque ahora ya pienso en tener descendencia, ha despertado mi institno paternal, si es que existe tal cosa y creo que sería un buen padre; por qué no, si la gente anda por alli regando sus genes sin hacerse cargo de sus hijos, por lo menos estoy seguro de que yo podría hacerlo mejor que eso.